Resulta que sumado a los defectos en el DF, donde las manifestaciones, el cierre de calles, tráfico, la pobreza que llena el paisaje urbano con miles de vendedores ambulantes, limosneros y franeleros se alza victorioso un elemento característico de nosotros los mexicanos. Usar gel para el cabello.
Es conocido por todos, los grandes tarros de gel que se venden por todas partes, en diferentes colores, viscosidades y grados de firmeza que la población masculina atesora en los baños de sus casas. Donde metódicamente cada mañana comienza el ritual para aplicar de forma generosa tan dichoso polímero y dejarlo bien moldeado con la cabellera, para sin error alguno y sin tocar el cabello, esperar a que seque y obtener un peinado preciso, plástico, perfecto.
La diferencia entre clases no lo hace el estar engominado o no, más bien el tipo de peinado y los procesos de secado y cepillado que lleve. Digamos que mientras más ejecutivo y trendy se quiera el efecto, se debe peinar el cabello para atrás utilizando un cepillo y la mano para aplanar y dar el acabado final. Si lo que se está buscando es mostrar rebeldía, el peinado tipo goku es la mejor opción, de ahí también tenemos opciones más conservadoras como el peinado “de librito”, el peinado tipo mango chupado y de estos algunas derivaciones o mezcla de estilos. Así al llegar el medio día, la ciudades se llenan de creatividad, de cabelleras tipo Ken y moldeadas que pronto necesitaran una retocada para poder finalizar el día.
Pero porque es que esto sucede de forma tan recurrente y permeada en México. Tal vez se deba al hecho -y me adelanto a decir que seguro existen muchas excepciones- de que el cabello mexicano es rebelde. No responde de forma natural al estereotipo de los modelos latinos o caucásicos que vemos en los billboards y en todo tipo de publicidad de medios. Esto podría ser una respuesta a buscar tener cabelleras empáticas con estas figuras del marketing, donde el genotipo mexicano no tiene similitud o punto de comparación.
Es conocido por todos, los grandes tarros de gel que se venden por todas partes, en diferentes colores, viscosidades y grados de firmeza que la población masculina atesora en los baños de sus casas. Donde metódicamente cada mañana comienza el ritual para aplicar de forma generosa tan dichoso polímero y dejarlo bien moldeado con la cabellera, para sin error alguno y sin tocar el cabello, esperar a que seque y obtener un peinado preciso, plástico, perfecto.
La diferencia entre clases no lo hace el estar engominado o no, más bien el tipo de peinado y los procesos de secado y cepillado que lleve. Digamos que mientras más ejecutivo y trendy se quiera el efecto, se debe peinar el cabello para atrás utilizando un cepillo y la mano para aplanar y dar el acabado final. Si lo que se está buscando es mostrar rebeldía, el peinado tipo goku es la mejor opción, de ahí también tenemos opciones más conservadoras como el peinado “de librito”, el peinado tipo mango chupado y de estos algunas derivaciones o mezcla de estilos. Así al llegar el medio día, la ciudades se llenan de creatividad, de cabelleras tipo Ken y moldeadas que pronto necesitaran una retocada para poder finalizar el día.
Pero porque es que esto sucede de forma tan recurrente y permeada en México. Tal vez se deba al hecho -y me adelanto a decir que seguro existen muchas excepciones- de que el cabello mexicano es rebelde. No responde de forma natural al estereotipo de los modelos latinos o caucásicos que vemos en los billboards y en todo tipo de publicidad de medios. Esto podría ser una respuesta a buscar tener cabelleras empáticas con estas figuras del marketing, donde el genotipo mexicano no tiene similitud o punto de comparación.
Me pregunto si el dejar crecer el cabello rebelde y me refiero a ese cabello espinoso como chayote, grueso y desobediente. Dejándolo que siga su rumbo, sin gel, sin ese polímero que hay que retocar cada dos horas. Poder portar con orgullo y personalidad esas mechas necias de cabellera mexicana y entonces poder crear una tendencia, una moda mexicana, como en su momento lo hizo el cabello tipo afro y salvar la ecología nacional de contaminar con litros y litros los drenajes con tan popular producto -bajo el supuesto de que en algún momento hay que bañarse y remover todo el gel-.
O tal vez lo que viene es un reconocimiento mundial a la implantación de un estilo en la cultura pop mundial…
Ay chico, what do you care if they wear hair gel, they just make you look even cuter silly boy. <3
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